Lo que hago, lo que soy

 Durante mucho tiempo una pregunta me generó conflicto: ¿qué hacés? 

O, expresada de otra manera: ¿a qué te dedicás?

O, peor aún: ¿qué sos?

El dilema de tratar de explicar o de llenar algún formulario donde dice "ocupación". Es muy difícil poner en una o dos palabras todo lo que hago, todo lo que me gusta hacer. 

¿Debería poner diseñadora, porque es lo que estudié? ¿O docente, porque también tengo un título y ejerzo? ¿O ilustradora, porque desde hace décadas hago ilustraciones? ¿O sólo dibujante y punto? ¿O ceramista, porque hago piezas de cerámica? ¿O fotógrafa, porque amo hacer fotos y hasta tengo algún libro? Escritora no, aunque también escribí algún cuento y escribo siempre...

Incluso, me hizo preguntarme si correspondía hacer todas esas cosas. ¿No sería mejor centrar la atención y poner la energía en una sola actividad? Eso dicen... Pero no puedo.

Me resulta necesario, imprescindble, indagar en varias actividades. Todas se complementan, se nutren de las demás. No puedo quedarme en un sólo lugar. Es como viajar, exlorar y descubrir nuevas posibilidades.

No importa que no haya encontrado aún la palabra para nombrarlo, todo esto está en mi y forma parte de lo que hago y lo que soy. 




Magia


 Hace un tiempo, estaba sentada con mis hijos en el jardín en ese momento tan especial, cuando el día comienza a irse para darle lugar a la noche. Esa hora mágica, donde la claridad del sol que se oculta nos deja ver aún la silueta de todo lo que nos rodea, envuelto en un reflejo dorado. 

Hablábamos, y en esa charla descubrimos que los tres habíamos visto, alguna vez, una figura pequeña, que volaba cercana al árbol de palta. Supongo que fue una imagen fugaz, pero no pudimos dejar de sorprendernos y fantasear con la posibilidad de que alguien del reino de las hadas habitara nuestro jardín.

Fue en ese momento, cuando uno de mis hijos dijo algo que viene a mi todo el tiempo: "si fuéramos capaces de apreciar las maravillas del mundo que nos rodea no sería necesario pensar en hadas para ver algo fantástico".

Sin duda, nuestro mundo, aún en el pequeño espacio de un jardín, es sorprendente y maravilloso. Y acá estamos, día a día, desde el taller, confirmándolo.